El evento se realizó del 4 al 7 de octubre y reunió a más de 30 expositores nacionales e internacionales que expusieron sus experiencias para promover la Seguridad Alimentaria y Nutricional para todos.
Este evento fue organizado por la Universidad Peruana Cayetano Heredia, a través de su Carrera Profesional de Nutrición, y Prisma ONG, como instituciones comprometidas con promover la lucha contra el hambre en nuestro país. Este congreso buscó fortalecer capacidades a todo nivel que mejoren la SAN nacional, considerando las estrategias internacionales, partiendo de la sistematización y puesta en valor de diferentes experiencias territoriales que tuvieron el objetivo de contribuir a erradicar el hambre durante y pospandemia.
Este evento contó con la colaboración de instituciones como Perusan, Cite Pesquero, Observatorio del Derecho a la Alimentación en América Latina y El Caribe, Bio Activa-Innovación Colaborativa, Colectivo Por La Agricultura Familiar y Un Perú Sin Hambre, y Cfg Invest-Copeinca.
Para abordar a la SAN de manera organizada y clara, cada día del congreso se enfocó en sus cuatro componentes: producción y disponibilidad; acceso económico; consumo, inocuidad y conservación de alimentos; estabilidad e institucionalidad.
"CISAN 2021 significó unir a dos instituciones que se dedican a la seguridad alimentaria y nutricional. Por una parte la carrera de nutrición con toda su experiencia teórica y de investigación mientras que PRISMA ONG con su experiencia práctica desarrollando proyectos", comentó la Dra. María Marull, jefa de la Carrera de Nutrición UPCH. "La seguridad alimentaria y nutricional es una problemática en nuestro país por sus cuatro dimensiones y la geografía nacional, lo cual hace complejo garantizarla tal cual debe ser, y en pandemia peor aún. Por eso, la necesidad de este congreso", añadió.
¡Acciones para promover la disponibilidad de alimentos!
En el primer día del congreso, las exposiciones compartieron experiencias y hallazgos enfocados en la SAN a nivel local y nacional, a través de la gestión de recursos naturales como el uso del agua de manera ecoeficiente o el uso de los hongos como alimento alternativo nutricional, hasta la participación del sector privado en la promoción de prácticas positivas que beneficias a las familias en tiempo de pandemia.
Asegurar que se cuenta con una cantidad necesaria y oportuna de alimentos no es suficiente para la población, se requiere que estos sean inocuos y nutritivos, por lo cual la agricultura familiar y la pesca artesanal se consolidan como procesos productivos, que, con una gestión adecuada, promueve el aseguramiento de alimentos saludable para las familias.
Además, desde una mirada más tecnológica, se presentó una experiencia sobre la biofortificación de alimentos como una estrategia factible e innovadora para mejorar la calidad de vida de las familias de zonas más alejadas de nuestro país, quienes son las más afectadas debido al bajo nivel adquisitivo.
¡Acceso económico para una alimentación adecuada!
Durante el segundo día, las ponencias estuvieron enfocadas en el acceso económico, la capacidad económica de los hogares para adquirir alimentos de calidad y disponibles dentro de su entorno. Para esto se analizó y reflexionó sobre experiencias huertos urbanos y emprendimientos, como muestras de estrategias alternativas para obtener mayores ingresos o aumentar la posibilidad de las familias a tener acceso a alimentos.
Asimismo, se compartieron experiencias locales como la municipalidad de Cajay (Ancash) en la lucha por reactivar su economía, que había sido frenada por la pandemia; y también la relevancia actual de la economía circular, como un modelo de producción y consumo que garantice un crecimiento sostenible y apegado a las necesidades de la SAN. Estas experiencias permitieron abrir nuevos horizontes de propuestas para afrontar deficiencias en el acceso de las familias en nuestro país.
¡Garantizando el consumo, inocuidad y conservación de alimentos!
El tercer día, los ponentes tuvieron el reto de compartir experiencias y aprendizajes que fomenten el consumo adecuado de alimentos nutritivos, revalorando la diversidad, cultura y preferencias alimentarias de la población; así como asegurar la calidad y los cuidados necesarios de los alimentos.
Frente a la situación de la alimentación y nutrición en la población peruana surgen experiencias que nacen desde ollas comunes y mercados itinerantes como alternativas viables para promover la calidad nutricional.
Además, una mirada crítica sobre la producción de la agricultura rural, la cual de la mano con la innovación de la biotecnología fomenta el cumplimiento de la bioseguridad para la Seguridad Alimentaria y Nutricional. Esto con el objetivo de evitar el consumo de alimentos que puedan estar contaminado, por ejemplo, con metales pesados, lo cual representa un alto riesgo a la salud de las familias.
¡Fortaleciendo la estabilidad e institucionalidad de la SAN!
Como último día para cerrar el CISAN 2021, se expuso sobre la gran importante de garantizar el suministro de alimentos continuos para la población en el tiempo, y la necesidad de políticas en la Seguridad Alimentaria y Nutricional coordinadas y articuladas, de manera multisectorial e intergubernamental.
Para esto, se abordó la importancia de conocer el actual marco institucional de la SAN en el Perú y la necesidad de garantizar el derecho humano a la alimentación adecuada en Latinoamérica y el Caribe. Finalmente, se identificar los nuevos desafíos para el fortalecimiento de la institucionalidad de la SAN en el Perú, ya que gracias a ello se podría lograr la estabilidad en el mismo campo.
Al finalizar el último día, la Dra. Marilú Chiang, directora ejecutiva de Prisma, comentó sobre la realización exitosa de este I Congreso Internacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional. “Cuando asumimos el reto y la responsabilidad de organizar este evento académico lo hicimos con la convicción de que el tema de seguridad alimentaria y nutricional es trascendente y relevante para la vida y el bienestar de nuestra población, y más aún en tiempos de pandemia por la COVID-19”.
Estos cuatro días permitió a los participantes y expositores conocer más sobre la situación actual de la SAN en el Perú y reflexionar para generar nuevas propuestas y estrategias que apunten a garantizar el bienestar de todas las personas, partiendo desde la producción hasta las políticas existentes. Todos podemos contribuir a garantizar un mejor futuro.
Esperamos contar con una próxima edición del CISAN, con el objetivo de seguir compartiendo conocimiento y experiencias en la lucha contra el hambre a nivel nacional.